martes, 31 de diciembre de 2013

¡Feliz 1973!

 
Foto de Gabriel Sendra

Las primeras horas de 1973 tuvieron en TVE un marcado sabor catalán, toda la programación especial de Nochevieja se realizaba, por primera y única vez, de forma íntegra desde Barcelona. Las campanadas eran retransmitidas de forma excepcional desde la plaza de San Jaime, en pleno barrio Gótico, donde las cámaras apuntaban al reloj del Ayuntamiento. El periodista deportivo y actor de doblaje José Félix Pons, fallecido este año, narraba el cambio de año y daba paso al espectáculo que Artur Kaps había preparado en los estudios de Miramar.

 Foto de Gabriel Sendra

El por entonces célebre director y realizador, mandamás del Clan de los Vieneses que se había instalado en la Ciudad Condal años ha y que exportaron los modos del show teatral a la televisión prehistórica con programas como "Amigos del Lunes" aprovechó la oportunidad que le brindaban los gerifaltes desde Prado del Rey para montar un espectáculo a su manera, con artistas internacionales (su agenda era de envidiar), cantantes afincados en Barcelona y otros que acudían desde Madrid y una gran elegancia formal en la realización.

  Foto de Gabriel Sendra

Una pareja celebérrima por entonces, Augusto Algueró y Carmen Sevilla, era uno de los grandes reclamos de la Gala. Algueró con su piano (en la primera foto) y una bellísima Carmen Sevilla mimada por las maquilladoras de los estudios de Miramar, interpretaron varios de sus temas más populares. Sería una de las últimas veces que actuaron juntos en televisión.


El actor Tony Leblanc (y sus personajes) ejercía de maestro de ceremonias aunque sin el protagonismo de otros presentadores de Galas de años anteriores.

  Foto de Gabriel Sendra

No era el único humorista que animaba el cotarro aquella noche de hace exactamente 41 años. Andrés Pajares y Cassen, con dos estilos muy distintos entre sí y ambos en plena fama por sus números cómicos, también intervinieron.


En cuanto a los cantantes, como era habitual se intentaba equilibrar los gustos de los espectadores, así que tan pronto aparecía un artista de toda la vida como Antonio Machín como una estrella pop de la última hornada como Karina. Curiosamente había más presencia alemana de lo normal en estos especiales, quizás por eso de que muchos españoles emigrantes regresaban a su casa por estas fechas y así podían reconocer a algunos intérpretes muy populares en aquel país, como Roberto Blanco, aún hoy un clásico de los musicales germanos.


Cantautoras como Mari Trini también consiguieron tener su hueco en la Gala. Recientemente se le había dedicado un programa íntegro de "Luces en la noche" y aunque todavía no había conseguido su primer éxito de ventas, su nombre ya empezaba a sonar entre la progresía setentera.


Al Bano no había adquirido notoriedad en nuestro país aunque en Italia empezaba a despuntar. Se había casado con Romina Power apenas dos años antes pero no habían comenzado a cantar a dúo. Su único éxito por entonces en España era "Pensando en ti" que ya había sido popular en su patria a finales de los 60 gracias a un concurso televisivo. En este especial demostró su gran potencial de voz... y que el play-back no era su fuerte.


Y junto a triunfadores entre los más jóvenes como Los Diablos, Mike Kennedy o Camilo Sesto, hubo espacio para la nostalgia con el director de orquesta Frank Pourcel, francés pero de gran crédito en EEUU, o el cantante patrio Jorge Sepúlveda que interpretó su éxito de los 40-50 "Mirando al mar".


Además de canciones y humor se programó algún número visual, otro clásico de las galas navideñas durante las primeras dos décadas de nuestra tele, y el ballet de Gisa Geert, austríaca afincada en España muchos años cuyas coreografías eran frecuentes en programas como "Galas del Sábado".


Y he dejado para el final una imagen impactante, la de Imca Marina, alemana creadora del famosísimo "¡Que viva España!", canción que haría suya más tarde Manolo Escobar que, por cierto, también actuaba aquel día... quizás fue ahí donde se hizo consciente de que, a pesar de que no le gustaba mucho el tema, podía formar parte de su repertorio. De Marina sólo podemos decir cosas buenas, compone una canción sobre nuestro país que hacemos propia, sonreía con entusiasmo y su look era tan moderno que todavía no somos capaces de asimilarlo hoy en día.
Hasta las 3.30 de la madrugada duró este especial. Después, oración, despedida y cierre. La tele era así en la época. Esta Gala fue la última de una etapa que se había caracterizado por un cierto clasicismo, a partir del siguiente año comenzó el reinado de Lazarov en las Nocheviejas que se extendería hasta que en los 80 fue sucedido por el regente Navarrete y su consorte Concha Velasco.

Os dejo con las Campanadas que daban paso al nuevo año, 1973:



¡Feliz año!

Fotos Gabriel Sendra. Todos los derechos reservados. @arxiusendra


sábado, 28 de diciembre de 2013

All Stars Christmas Show

La Navidad de 1958 fue especial para muchos norteamericanos que estaban "sirviendo a su país" allende sus fronteras. Ese concepto tan anacrónico que significa que eres militar y que estás combatiendo en cualquier guerra que, posiblemente, no te importe más que a tu Presidente y su Consejo de Estado se sigue usando hoy en día pero en aquellos días EEUU estaba inmerso en varios conflictos y las cadenas de televisión quisieron mantener alta la moral de la tropa como lo había hecho el mundo del cine en los 40 y Bob Hope hasta los 80. Las tres grandes cadenas, ABC, CBS y NBC, se unieron y junto al USO (United Service Organization), una organización que proveía entretenimiento para las tropas, produjeron un especial Navideño de hora y media de duración para ser distribuido en medio mundo y servir de alimento visual al ejército.

Una cincuentena de estrellas del cine, la música, el humor, la televisión y el teatro participaban en este show que, precisamente, comenzaba con la presentación de cada uno de ellos... así que esa introducción era epatante por las luminarias que saludaban pero muuuy pesada. Entre ellos estaba Mr Christmas, Bing Crosby.

El primer número estaba protagonizado por Danny Kaye, un humorista y músico que se atrevía a dirigir orquestas y filarmónicas con bastante gracia, en este caso, desde una base militar.

A partir de ahí una sucesión de música, humor y números visuales presentados en trío por estrellas del cine como Cyd Charisse, Walter Pidgeon o Dick Powell.

Betty Hutton, una de las chicas de poster durante la II Guerra Mundial, demostraba por qué todavía seguía siendo una referencia en el musical con un número a su medida... aunque se le cayera el bastón en medio de la actuación.

Gregory Peck, Kim Novak y David Niven, en pleno estrellato cinematográfico también realizaron una presentación ¡y cantada!

Los humoristas Jack Benny y George Burns contaron con la complicidad de James Stewart en un viejo número de vodevil.

Y Danny Kaye aparecía de nuevo para cantar con el genial Louis Armstrong y su orquesta.

El número final era compartido por todas las estrellas, agrupadas según el día de grabación y el estudio de la cadena que les hubiera correspondido. Por supuesto, el final era un villancico internacional y entrañable: Silent Night.

Shirley MacLaine, Jane Russell, Bob Hope, JimmyDurante, Sid Caesar, Milton Berle, Jane Powell, Polly Bergen... y así hasta 50 rutilantes figuras del mundo del espectáculo deseaban una feliz noche a sus compatriotas de servicio.

Aquí tenéis el programa completo, Felices Fiestas.


martes, 24 de diciembre de 2013

The Andy Williams Christmas Show


Si hay un showman norteamericano asociado a la Navidad televisiva ese es, sin duda, Andy Williams. Desde 1962 hasta 1974 fue la gran estrella de la NBC y entre 1980 y 1990 recurrieron a él de nuevo aunque de forma intermitente. Con semejante curriculum no es de extrañar que desbancara a Bing Crosby del podio y que su "It's the Most Wonderful Time of the Year" se convirtiera en un clásico netamente televisivo.


De hecho podemos asegurar que la Navidad fue la salvación de Andy. Tras una etapa frustrada en la CBS en 1959, fue fichado por la cadena del Radio City 3 años después para conducir su propio show semanal. Los ratings mejoraron con respecto a su trabajo anterior pero no lo suficiente como para estar en la lista de los más vistos, sin embargo, su especial Navideño fue un éxito brutal y consiguió que subiera la audiencia de su espectáculo semanal.


Grabado en el sistema de color exclusivo de la NBC (In Living Color!), el especial se reconvirtió a lo largo de los años en un programa familiar en el que Williams involucraba a su propia parentela, comenzando por su mujer de entonces, la francesa Claudine Longet quien, puntualmente, entonaba alguna canción con un tono suave y sensual.


Andy provenía de una estirpe musical y convenció a sus tres hermanos, con los que había formado grupo desde finales de los 30 hasta principios de los 50, de reaparecer en Navidad. A pesar de la reticencia inicial, ya tenían su propia vida y habían abandonado el mundillo, los chantajeó emocionalmente aludiendo a la ilusión de sus padres de ver, de nuevo, a los hermanos juntos y cantando por primera vez para televisión. La experiencia fue tan gratificante que se repitió año tras año. Si en el primer especial todos aparecieron vestidos de verde, en los siguientes vimos diferentes combinaciones, a cada cual más pastel, que incluían no sólo los jerseys y pantalones sino también calcetines y zapatos.


Otro de los clásicos de aquellos especiales eran los números de patinaje, con los participantes perfectamente combinados cromáticamente. En alguna ocasión se usó un doble para escenas de patinaje profesional pero, en honor a la verdad, Andy se defendía elegantemente en la pista construida ex profeso en el plató de la NBC.


Más números recurrentes: el de los Osmond Brothers, una familia devota de la Iglesia de Cristo de los Últimos Días con una descendencia numerosa y con talento. Más adelante algunos de los hermanos tuvieron su propio show y dos de ellos siguen cantando y participando en realities de famosos como "Dancing with the Stars".


Otra escena que se repetía habitualmente era la de la canción melancólica interpretada en torno a una hoguera en la que se calentaban esa especie de nubes que tantas veces vimos en el Manual de los Jóvenes Castores.


Eso solía suceder en el camino a la Iglesia, otro clásico del show. Allí Andy interpretaba temas sacros (o similares) como "Ave María" o "Silent Night".


En cierta ocasión, memorable por cierto, Andy comandó un trineo de varias plazas que sobrevolaba un pueblecillo nevado. El chroma no era perfecto y no se disimulaba que la aldea era una pintura, una fantasía navideña que se aceptaba en fechas como estas.


A finales de los 60 el formato dejó de ser tan fantasioso y se "naturalizó". Andy hizo que participaran no sólo sus hermanos (cantantes profesionales, al fin y al cabo) y su bella mujer (envidia de las espectadoras) sino también sus hijos, padres y hasta cuñadas y sobrinos. Esa especie de reality con 40 años de adelanto revitalizó el programa y a partir de ahí la audiencia pudo comprobar cómo sus hijos iban creciendo. Incluso tras la separación, Claudine continuó apareciendo en el show y tras un accidente en el que disparó a su novio a mediados de los 70, Andy la apoyó públicamente y se mostraron, de nuevo, como una familia unida aunque con una relación distinta.
En 1991 Williams montó su propio teatro y allí alargó sus espectáculos navideños hasta su muerte.

lunes, 23 de diciembre de 2013

The Judy Garland Christmas Show

El 22 de diciembre de 1963 la CBS precelebraba la Navidad con el programa especial de su estrella de la temporada, Judy Garland. Era el programa número 15 de la serie y un intento más de cambiar el formato para conseguir que subiera su audiencia. A pesar de ser una de las grandes apuestas del año y el fichaje de la otrora estrella de la Metro fue celebrado en los medios, el show cambió varios veces de productor y, por lo tanto, de formato. Los críticos alababan a la actriz y cantante pero se cebaban con el propio programa.

En esta ocasión Judy se rodeaba de sus tres hijos para hacer un especial mucho más familiar que el resto de la serie. No sé si esta medida fue la más adecuada porque era evidente que sus retoños no habían heredado su arte y en el caso del chico su interpretación de un tema del musical "Oliver!" fue especialmente sangrante (para los oídos).

Liza no era todavía la protagonista de "Cabaret", faltaban unos cuantos años, y en este programa intentó demostrar sus dotes como cantante y bailarina "contemporánea" junto a su supuesto novio. Digo supuesto porque el joven bailarín que la acompañaba hacía ese papel en esta ficción navideña.

Todo se desarrollaba en un decorado que simulaba el hogar de los Garland. Cada vez que alguien llegaba a la casa se sorprendía con los aplausos y preguntaba qué sucedía, Judy, impasible, respondía "ah, es que estamos en televisión, no te preocupes, cielo".

La gran estrella invitada de esta cita especial era el cantante melódico Mel Tormé, al que algunos recuerdos por ser el favorito del juez de "Juzgado de Guardia" para risión de sus compañeros. Judy le acompañó en unos cuantos temas de inspiración navideña.

Y por supuesto no podía faltar el número coral, con vecinos, amigos e invitados anónimos a esta fiesta navideña. A pesar de sus buenas intenciones el programa no consiguió resucitar y a partir de enero pasó de ser un variety show a un concierto semanal comandando por la chica de Oz. Ni aún así. Una vez cumplida la temporada, se despidió de la CBS en medio de una campaña de sus fans para que no fuera cancelado.

En fin, os dejo el especial para que podáis pasar unas Navidades como las de 1963:

sábado, 21 de diciembre de 2013

El Sorteo Navideño

El 22 de diciembre hay una imagen que se repite en todas las cadenas desde hace 51 años, la del Sorteo Extraordinario de la Navidad. La esperanza de cambiar de vida gracias a la Lotería se mantiene desde hace más de 250 años pero ha evolucionado la forma de enterarse del resultado; los periódicos primero, la radio después, el NO-DO (aunque con cierto retraso) y la televisión han sabido transmitir a los que no podían acercarse al Salón donde se celebra, la emoción de la suerte y la banda sonora repetitiva del soniquete de los niños de San Ildefonso.

Al año de su creación TVE ya retransmitió el primer sorteo ordinario de lotería, hubo que esperar un poco más, hasta 1962, para ver en directo el Navideño. Fue el ubícuo Jesús Álvarez quien abrió fuego y se convirtió en su voz habitual hasta su fallecimiento prematuro. En aquel entonces los locutores no tenían protagonismo en las retransmisiones y sólo se les veía cuando hacían alguna entrevista in situ, por ejemplo a los niños cantores. Su voz era constante, casi como si fuera una retransmisión radiofónica pero tendríamos que esperar casi dos décadas a que hicieran una presentación a cámara.

Hablando de cámaras, el dispostivo que se montaba en aquellos años suponía un gran esfuerzo para una TVE todavía balbuceante. Con la inauguración de Prado del Rey y la compra de equipos y más unidades móviles se facilitó (sólo un poco) la labor de los técnicos a los que hoy debemos rendir homenaje. Los realizadores más seguros de la Casa, como Ramón Díez, eran destinados para tamaño reto.

Tras la muerte de Jesús Álvarez otros locutores se encargaron de este evento. Uno de los primeros en suceder al maestro fue Joaquín Díaz Palacios, famoso especialmente por su faceta radiofónica y por poner voz a Radiogaceta de los deportes de RNE y a varios Juegos Olímpicos. Precisamente debido a su experiencia retransmiendo encuentros deportivos, Joaquín supo insuflarle un nuevo ritmo al Sorteo.

Isidoro Fernández, a quien muchos niños de los 80 lo recordamos por ser aquel señor que en la última etapa de "La bola de cristal" informaba satíricamente, era otro de esos timbres reconocibles en la tele. Tan pronto le escuchábamos en una locución de continuidad como dando las Campanadas así que no es de extrañar que a finales de los 70 también se encargara de la lotería.

Ya en los 80, y en color, hubo cierto baile de presentadores. Florencio Solchaga, que había presentado el Telediario y que quedó marcado el 20N de 1975 por dar paso a un lloroso Arias Navarro, conducía por entonces magazines amables y, por supuesto, también cubrió este Sorteo.

Daniel Vindel, famoso por sus concursos juveniles "Cesta y puntos", "Subasta de Triunfos", "Torneo" y "Camino del récord", prestó su grave voz a la retransmisión en esta misma época hasta que en 1984 el periodista de informativos Manuel Almendros toma el relevo de forma estable hasta 1989 tal y como hemos comentado ya aquí previamente.

En esos años los centros territoriales estaban comenzando a implantarse en toda España y eso permitió que se pudiera conectar en directo casi con cualquier punto de España con cierta rapidez. Por fin podíamos conocer a los ganadores sin ningún pudor. La retransmisión se ampliaba más allá del propio sorteo con programas especiales.

En 1990 llega a este puesto de comentarista la presentadora Marisa Abad y ahí se quedó hasta 2007, año de su jubilación. De este aspecto hemos hablado en este blog varias veces así que no me repito.

En algunas ocasiones estuvo acompañada de otros veteranos de la Casa como José Luis Uribarri, otro clásico de las retransmisiones: Eurovisión, OTI, Cabalgatas de Reyes, conciertos...

También Sandra Daviú (que ahora informa de Sorteos de todo tipo en la 2) compartió pantalla con Marisa.

Desde 2009 es Ana Belén Roy (actualmente en el TD Matinal pero a quien hemos podido ver en el magazine "Así son las cosas" junto a Manolo Giménez o en el concurso "Sacalalengua" además de en "El Tiempo") quien comanda la transmisión auxiliada por Miguel Ángel Box.
Mañana muchos serán más felices gracias a la suerte y será un equipo televisivo quien le informe.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

"¡Ay, vida mía!" con Mari Carmen y sus muñecos


En un tiempo en el que TVE apostaba por los programas de varietés de gran presupuesto no sorprendió que en abril del 92 se presentara como uno de las atractivos de la temporada "¡Ay, vida mía!". Música y humor para la noche de los miércoles.


La gran novedad es que el show estaba presentado por una ventrílocua de fama como Mari Carmen acompañada, cómo no, de sus inseparables apéndices. Aunque era Doña Rogelia la que ejercía de facto de copresentadora, la famosa humorista desempolvaba de vez en cuando al pato Nicol, la repelente niña de las coletas Daisy y el afeminado león Rodolfo, el primer gay que presumía de su condición en nuestra tele.


Por supuesto uno de los platos fuertes del programa eran las actuaciones de Mari Carmen. Cada semana dialogaba con sus personajes unas tres veces lo que suponía un importante esfuerzo de guión para mantener el interés del espectador que siempre había seguido masivamente las intervenciones de la cómica en programas de todo tipo desde principios de los 60. ¿Aguantaría la audiencia un programa con tanta presencia de muñecos?


La directora, Pepa Martí Maqueda, supo rodear a la showoman de otros contenidos para hacer más ameno un programa de larga duración y en prime-time como éste. Posiblemente el mayor éxito fue trasladar una sección que Mari Carmen había "ensayado" en el programa "Protagonistas" de Luis del Olmo, la entrevista a personajes de actualidad con la irreverente y sincera doña Rogelia. Se estrenaron con el entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera (de plena actualidad por la ley del portazo) y la deslenguada mujer rural le preguntó lo que los periodistas no se atrevían. El líder de la oposición de la época también se sentó frente a la buena mujer y demostró más simpatía que en el resto de su carrera... y hablamos de Aznar. 
   No siempre se mantuvo ese perfil de invitados fuera de contexto, Lina Morgan, Isabel Pantoja, Montserrat Caballé, Serrat, Carmen Maura o Julio Iglesias estaban más acostumbrados a manejarse en estos formatos, sabían defenderse de las imprecaciones de la muñeca y eso tenía menos gracia, claro.



No faltó la música con actuaciones de gran nivel, al primer programa acudieron Gilbert Bécaud y Luz Casal, ahí es nada. En su última temporada se añadió un concurso, "El juego de las siete y media" lo que suponía una vuelta al primer programa en el que Mari Carmen había sido colaboradora habitual en TVE, "Siete y media musical" con Luis del Olmo, del que hablamos recientemente. En este caso la sección estaba presentada por el actor Manuel Galiana, otro fichaje curioso para un programa peculiar.
   Hasta 1994 se mantuvo  en antena aunque no siempre en el mismo día de emisión. Más de cuatro millones de espectadores llegó a alcanzar este espectáculo.