lunes, 22 de julio de 2013

"Valor y coraje" con Constantino Romero


En 1993 los periódicos anunciaban en sus páginas de televisión el regreso a TVE del presentador Constantino Romero. No era para menos, tras el exitoso "El tiempo es oro" y el fallido "La vida es juego" se esperaba con ganas el retorno de uno de los comunicadores más queridos y respetados. La apuesta era fuerte: un reality-concurso aunque él mismo no se mostraba muy satisfecho con aquella etiqueta. "Valor y coraje" quería contar historias de héroes anónimos que superaban difíciles pruebas que les ponía la vida.


Sergi Schaaff, su director, también había sido el responsable de los dos programas citados en los que Romero había brillado (en uno más que en otro, vale) así que la complicidad entre ambos estaba fuera de cuestión. La pregunta era si ambos conseguirían huir del morbo que solía acompañar a estos espacios. Lo consiguieron pero quizás se quedaron con un producto a medias.Cada semana se contaban tres historias con la intervención de los propios protagonistas, tanto en plató como en reportajes sobre las tragedias que habían sufrido, incluso convirtiéndoles en actores de esas reconstrucciones.

 

Constantino ejercía de amable anfitrión, nunca escarbaba en el drama y solía centrarse en el final feliz para buscar el lado positivo de cada historia. Pero eso no era todo, en sus emisiones iniciales, miércoles a las 22h en la Primera, había una segunda parte en el programa, un concurso entre dos equipos que superaban pruebas físicas para conseguir un premio para asociaciones benéficas, era una forma de ayudar a través del coraje.


A pesar de que el programa superó los 3 millones de espectadores en su primera ubicación pronto se vió que era preferible eliminar la parte más espectacular y centrarse en los testimonios. Después de unas semanas de ausencia, un remozado "Valor y coraje" se trasladó al domingo antes del TD2 y duró una temporada en antena.


domingo, 14 de julio de 2013

Alan Whicker, adiós a un pionero


Cualquiera que haya hecho un programa en exteriores, que se haya dirigido a cámara caminando, que haya entrevistado in situ, que se haya convertido en un personaje televisivo partiendo de su propia personalidad le debe mucho a este periodista británico fallecido el viernes a los 87 años de una neumonía. Alan Whicker fue, literalmente, el inventor de los programas con entrevistas alrededor del mundo en los que la charla era una excusa para mostrar una realidad siempre bajo un punto de vista distante e irónico, muy flemático, más británico imposible. En definitiva, todos los que hemos hecho algún docu-show debemos pleitesía a este pionero.



Comenzó su relación con el periodismo en la Unidad de Filmación de la Armada Británica en la II Guerra Mundial. Se unió a la BBC en 1957 como corresponsal del programa "Tonight" y ahí intuyó las posibilidades de un programa realizado íntegramente en exteriores en el que descubrir otros mundos a los espectadores británicos. Su programa "Whicker's World" (o "The world of Whicker" en algunas temporadas) se emitió entre 1959 y 1988 en la BBC y la ITV (uno de los primeros robos de estrellas de la tele inglesa).


Recorrió el mundo varias veces con sus cámaras siendo testigos de interrogatorios a todo tipo de personalidades, desde miembros de la jet set (cuando eso era algo exclusivo y las cámaras no tenían acceso a esas fiestas) a dictadores, de actores a gangsters, de escritores a vagabundos. Todos conversaron con él y gracias a su peculiar forma de preguntar, como si no fuera un periodista, confesaron lo inconfesable.


Si a eso añadimos una personalidad puramente brittish, la quintaesencia del tópico del hombre con marcado acento, chaquetas cruzadas, corbata con nudo Oxford y gemelos en los puños de la camisa tenemos al primer personaje televisivo potenciado desde su auténtica forma de ser. Tal fue su fama que uno de los más celebrados sketches de los Monty Python lo homenajeaba.

   Para que os hagáis una idea de cómo era su trabajo, el trailer de su último programa para la BBC, el retorno a lugares donde había viajado con su maletín y sus cámaras:



jueves, 11 de julio de 2013

Adiós a Concha García Campoy

La profesión periodística recibió conmocionada la muerte ayer de Concha García Campoy. Desde primera hora de la tarde en que se anunció el coma irreversible hasta que se hizo oficial su fallecimiento poco después, la noticia sorprendía no sólo a los compañeros sino también al público, su audiencia. La Campoy era una profesional discreta pero prestigiosa, ajena a las modas y también a ciertos hábitos de trabajo instaurados recientemente. A ella le gustaba contrastar y no se permitía ninguna licencia con la información, pensando siempre en aquellos a quienes les podía afectar una historia mal contada.

Licenciada en Periodismo en Barcelona, comenzó a trabajar en su tierra, Ibiza, primero en radio y después televisión, fue la primera de su promoción para entrar en la pública y sus primeros programas los presentó en la delegación ibicenca, allí su nombre se rotulaba a la catalana.


Su gran oportunidad llegó en el 85 cuando Manuel Campo Vidal la reclutó para unos renovados Telediarios. El actual presidente de la Academia de la Televisión fue su descubridor a nivel nacional pero también su cómplice y amigo. Fue quien comunicó la mala noticia al mundo a través de twitter.

 Los 80 fueron años convulsos y Concha, a veces con looks imposibles, aportaba serenidad a la noticia. Esa increíble seguridad en un plató era admirada por sus compañeros y en poco tiempo aquella bella joven de locución cuidada se hizo popular.

Más fama adquiriría cuando al año siguiente presentó el TD junto a Ángeles Caso y María Escario (en los deportes) en el primer informativo conducido sólo por mujeres. Una revolución que sirvió para demostrar que la mujer no era una simple copresentadora del hombre, lo habitual hasta la fecha.

Aprovechando las oportunidades, aceptó la oferta de la cadena SER para dirigir y presentar el magazine matinal del fin de semana, "A vivir que son dos días". De nuevo pionera en una forma de entender la programación del sábado y domingo en la radio, con fórmulas que siguen vigentes hoy en día.

Gracias a ese programa adquirió prestigio y multitud de premios (por no decir todos). En el 91 regresó brevemente a TVE para dirigir y presentar "Mira 2", la versión patria del histórico "Sept sur Sept" francés de Anne Sinclair (ex de Dominique Strauss-Khan) del que ya hemos hablado en este blog.

Con la tele tuvo una relación intermitente, mientras seguía en la radio, en la SER, Onda Cero y Punto Radio, regresaba puntualmente para programas como un especial con Juan Luis Guerra en la Primera o la serie "Nuestra mejor canción" dirigida por Jesús Hermida en la misma cadena.

 Tras la cancelación de su contrato en Punto Radio al no aceptar pasar del diario a los fines de semana, se une al equipo de Cuatro para presentar sus mañanas en 2006. El fichaje de Gonzalo Miró (con el que ya colaboraba en la radio) no fue bien recibido por la profesión ni por la audiencia y el programa comenzó renqueante pero poco a poco se centró en la información y estabilizó una fiel audiencia. 

 
Con la fusión  (¿o absorción?) de Cuatro y Telecinco, Vasile la destinó al informativo matinal para cubrir el hueco que había dejado la Campos en "La mirada crítica" tras su convalecencia y posterior paso a "¡Qué tiempo tan feliz!". Era un destino demasiado discreto para la Campoy pero supo tomarse con elegancia el regreso a un género con el que había triunfado en los 80.
Desde que anunció que padecía leucemia hace año y medio, Concha ha recibido el cariño y calor de sus compañeros y de sus oyentes y espectadores pero no ha podido superar el trance.
Quedará en sus pupilos su particular forma de entender el periodismo. Ayer, una amiga de la que fue madrina de promoción me decía que les había dejado una reflexión: "Si tragáis una vez, tragáis siempre". 

viernes, 5 de julio de 2013

La psicóloga del boxeo gana un concurso

Siempre quedará la duda de si Joyce Brothers fue una honrada ganadora del concurso "The $64,000 Question" o tuvo la ayuda de los productores como Charles Van Doren en "21" (historia bien conocida gracias a la película "Quiz Show" dirigida por Robert Redford). Aparentemente la investigación demostró que esta psicóloga había ganado su suculento premio en buena lid pero también es cierto que el investigador Richard N. Godwin escribió años más tarde que interrumpió su cuestionario cuando ella empezó a llorar. Sospechoso, ¿no?
Joyce era una joven psicóloga que se apuntó a este famoso concurso en 1955 en el que se tenía que demostrar su pericia en un tema concreto. Fueron los productores (eso sí lo confesó) los que le sugirieron que eligiera un tema completamente ajeno a lo que el espectador podría esperar de ella para que el impacto fuera mayor. Y ella escogió el boxeo. Todos los libros sobre el tema pasaron por sus manos y gracias a su gran memoria se convirtió en una experta, tanto que después de haber ganado fue la primera mujer en retransmitir un combate para la CBS.

El día de su triunfo en el concurso, 6 de diciembre, cuatro campeones de boxeo estaban en el plató para auparla y celebrarlo. Joyce supo aprovechar el éxito y reconducirlo hacia su disciplina. En 1958 tuvo su propio programa televisivo en Nueva York con consejos sobre relaciones personales. Posteriormente escribió columnas para revistas y diarios además de escribir varios libros. Presumía de ser la primera psicóloga de la tele y su muerte en mayo de este año fue noticia en todos los medios estadounidenses.

jueves, 4 de julio de 2013

Un mimo francés en la tele USA

 Huelga decir que Marcel Marceau es el mimo definitivo, el artista gestual más talentoso de la historia. Su exquisitez y dominio de la técnica no han sido superadas y desde sus inicios actuando en Alemania para la Resistencia francesa fue reconocido como algo excepcional. Tras su triunfo en Francia a finales de los 40 y principios de los 50 viajó a EEUU donde tuvo un éxito brutal en los teatros. Michael Jackson reconoció públicamente y sin problemas que su Moonwalk estaba inspirado en la "Marcha contra el viento" de Marceau. A mediados de los 50 comienza a ser invitado estrella de programas de gran éxito de la televisión estadounidense. Su personaje "BIP" se hace famoso para el gran público y también interviene en varias películas.
Figuras de renombre de la tele como Dinah Shore se rinden a sus encantos y permiten que este artista singular impregne de magia sus shows durante varios minutos concediéndole el extraño privilegio de que se explaye varios minutos en sus rutinas. Toda una revolución en su época que no debería ser olvidada.

miércoles, 3 de julio de 2013

La metamorfosis de Kafka en la 2

Hoy que se celebran los 130 años del nacimiento de Franz Kafka es justo que recordemos que en 1969 la 2 intentó trasladar a los espectadores más exigentes (y a los privilegiados que recibían la UHF en aquella temprana época, que no eran muchos) su obra más popular, si es que se puede adjudicar ese calificativo a un texto de Kafka, "La metamorfosis".
 Josefina Molina, Goya de Honor hace un par de años y una de las primeras directoras-realizadoras de la tele y el cine españoles, fue quien se atrevió con tamaña aventura. Una desagradable voz en off iba narrando las sensaciones de ese comerciante llamado Gregor Samsa que se ha transformado en un bicho durante la noche.
 Molina eligió una atrevidísima realización, subjetiva, con cámaras a ras de suelo, simulando la visión que podría tener Gregor del resto de su familia. Estas innovaciones dejaron con cara de patata a la audiencia más heterogénea y con cierta sorpresa a los críticos que no sabían si el dramático les había gustado o no. En el "ABC", el único diario que hacía crítica televisiva, se decía: "Josefina Molina, con inquietud plausible, trató de plasmarla en imágenes, y no consiguió, a nuestro juicio, comunicar todo lo que Kafka comunica (...) no lo consiguió en razón del medio, no en razón de incapacidad propia.
Al contrario, a través de no pocas secuencias y decisiones se adivinaba el deseo de alzar la narración primándola consecuentemente pero enseguida los tabúes televisuales se imponían, anulando los estupendos propósitos de la realizadora cuya inquietud y alteza de miras aplaudimos rogándole que insista en ellas pero dentro de lo posible como narración televisiva".

Hoy podemos alabar la valentía de Molina al presentar una adaptación tan curiosa en una tele tan pacata, aquí tenéis un vídeo que lo atestigua: