sábado, 27 de junio de 2015

Tintín, Spirou y Astérix juntos en TV


Hergé, su mentor Alain Saint-Ogan y sus mayores rivales en el cómic franco-belga, el dúo Goscinny-Uderzo y el dibujante Franquin, todos unidos en un mismo plató de televisión, un acontecimiento organizado por la francesa ORTF y que hoy es un documento excepcional para los aficionados a la bande dessinée. Nada menos que los creadores de los personajes más populares e influyentes: Tintín, Zig et Puce, Astérix y Gastón (seamos justos y digamos que aunque Franquin reinventó a Spirou, no era su creación) en animada conversación ante las cámaras.


El programa era "L'invité du dimanche", un espacio de entrevistas y música alrededor de un invitado excepcional sobre el que pivotaba todo el contenido de la emisión. Hergé fue el protagonista del 28 de diciembre de 1969 y se aprovechó para hablar sobre el mundo de las viñetas, un sector que ya se había convertido en una industria, con revistas que vendían cientos de miles de ejemplares a la semana, con álbumes recopilatorios de las aventuras de los personajes más famosos importados a toda Europa y con series y películas de dibujos animados triunfando en varios países.


Para honrar a Hergé se había organizado una amistosa tertulia con algunos compañeros, rivales en ventas, pero posiblemente la visita que más ilusionó al belga fue la de Alain Saint-Ogan a quien consideraba su padre en el cómic. Las aventuras de Zig et Puce (1925) fueron su primera referencia para crear a Tintín en 1929. Incluso imitó su estilo en aquellos primeros años. Hergé nunca lo ocultó y siempre cedía el crédito de "inventor de la línea clara" a su maestro.


En el mismo decorado (un chroma sobre el que se proyectaban imágenes de los personajes de estos artistas) se encontraban tres autores que a finales de los 60 rivalizaban en poder con el gran Hergé, verdadero revolucionario y motor del tebeo franco-belga: el guionista René Goscinny y los dibujantes Albert Uderzo y André Franquin. Los dos primeros habían alcanzado el cénit de popularidad con Astérix y Obélix a través de la revista francesa "Pilote" y el último era el artista clave de la Escuela de Marcinelle, la que agrupaba a los miembros del semanario "Spirou",competencia directa en Bélgica del "Journal de Tintin". En el libro "Franquin. Le géant du rire" (no editado en España) Jérôme Dupuis afirma: "Emisión sintomática (de la relación entre Franquin y Hergé), mientras que Hergé se entretiene largamente con Saint-Ogan, su maestro, sonríe ante las buenas palabras de Goscinny, se contenta con escuchar amablemente las tres frases pronunciadas por Franquin". Ambos autores se admiraban mutuamente y encontramos muestras de ese respeto en multitud de escritos y actos públicos y a pesar de que Franquin incluso llegó a colaborar en la revista Tintín con "Modeste et Pompon" eran demasiado distintos personalmente como para llegar a ser algo más que buenos compañeros. De hecho fue el propio Hergé quien decidió qué personas le acompañarían en este programa.

El instigador del encuentro televisivo de estos genios del noveno arte fue Pierre Tchernia, reconocido como uno de los presentadores y creadores de formatos más importantes de la historia de la tele francesa. A sus 87 años recibe homenajes y puntualmente concede entrevistas donde, humildemente, recuerda sus logros, no sólo en la pequeña pantalla sino también en el cine porque Tchernia ejerció de guionista. Desde 1968 y hasta 1994 intervino en la escritura de todas las películas de animación de Astérix, no en vano se convirtió en amigo íntimo de Goscinny. Por eso no resulta extraño que convenciera a los gerifaltes de la segunda cadena de la ORTF para organizar este homenaje al cómic. Para los más curiosos queda el siguiente dato: Tchernia retransmitió el festival de Eurovisión doce veces entre 1958 y 1974.

Y otra curiosidad, Pierre ya había llevado a Hergé a un plató nada menos que en 1957, al programa  "Parade du moi". Un verdadero reincidente, este Tchernia...

Podéis ver unos cinco minutos de "L'invité du dimanche" dedicado al padre de Tintín en este enlace:


martes, 23 de junio de 2015

Xena: la princesa guerrera

Nació a rebufo del inesperado éxito de otra serie, como un spin-off de un producto televisivo con un planteamiento tan absurdo y una producción tan limitada que ningún analista imaginaba que aquello pudiera convertirse en objeto de culto... pero lo fue y hoy, 14 años después de su cancelación, "Xena: la princesa guerrera, sigue siendo motivo de análisis entre comunidades de fans de medio mundo.
   Durante años Xena había sido una conquistadora que sembraba el terror entre los pueblos que escuchaban los cascos de su caballo acercarse hasta que un día (cual San Pablo caído del caballo) se hizo consciente de lo erróneo de su camino vital. Desde ese momento se convirtió en una simple romera que en su itinerario sin meta ayuda a los necesitados que se va cruzando. Una aspirante a juglar de nombre Gabrielle será su fiel "escudera" y otros personajes como Joxer también la acompañarán en un momento u otro de su vida. No tan bienvenida era la compañía de Callisto, su gran enemiga.

En septiembre de 1995 comenzó a emitirse de forma sindicada en Estados Unidos distribuida por Universal Studios y durante casi 6 años recorrió un camino triunfal en más de ochenta países. Producida por, entre otros, Sam Raimi (director de pelis de terror de serie B de culto como "Army of Dead" y de la primera trilogía de Spiderman), supo encontrar un público joven, ávido de aventuras, pero también con suficiente sentido del humor como para entender unas tramas autoparódicas y, lo que es más importante, una continua metáfora de la vida cotidiana del siglo XX, con continuas (y poco veladas) referencias a hechos de actualidad durante sus temporadas en antena. El personaje había sido presentado en otra serie producida por el mismo equipo y con similar planteamiento, "Hércules". Ocho meses después debutaría como serie independiente y llegaría a superar en éxito y permanencia en pantalla a la primera. Si "Hércules" era ya bastante cutre en su factura, con decorados de cartón-piedra que parecían rescatados del "Un, dos, tres", Xena aún profundizó más en esa estética.

Ambientada (supuestamente) en la Grecia clásica, sus guionistas se permitían licencias temporales y geográficas sin ningún tipo de pudor. Los espectadores abrazaron el absurdo y se fijaron más en unas tramas que, con el tiempo, fueron haciéndose más autorreferenciales y con muchos guiños hacia la audiencia. Según Concepción Cascajosa en su libro "Prime Time. Las mejores series de TV americanas" (Calamar Ediciones, 2005): "Logró un notable éxito y su protagonista se convirtió en un icono feminista (...). La serie acentuó todavía más la utilización de relatos alegóricos sobre la vida actual en detrimento de la acción y también se hizo popular por la escasamente disimulada relación homosexual entre Xena y su compañera Gabrielle. La amplia creatividad del programa, uno de los más infravalorados de la décasa, se apreció en capítulos tan interesantes como el musical 'Una suite amarga? (3.12)".
   Rodada en Nueva Zelanda (país co-productor junto a EE.UU), fue una ex Miss de allí quien la protagonizó, Lucy Lawless. En realidad el papel había sido ofrecido en un principio a Vanessa Angel pero una inoportuna enfermedad lo impidió. Otras cuatro actrices rechazaron la propuesta hasta que llegó a Lucy que, gracias a esta carambola, consiguió el papel que le dio popularidad mundial. A TVE llegó en 1997 y durante años ha sido emitida en las tardes de la 2, las mañanas estivales de la 1 y cualquier franja de Clan TV.



lunes, 22 de junio de 2015

Holmes and Company

Conan Doyle es un clásico de la literatura pero también del cine y la televisión. Su personaje Sherlock Holmes ha sido adaptado cientos de veces, en multitud de países y con giros más o menos originales en su presentación aunque las historias y las características principales del investigador y su amigo John Watson sean respetadas. En 1960 la BBC ya había versionado varios de los relatos del escritor, como también habían hecho la italiana RAI y la francesa ORTF, sin embargo en TVE el primer Holmes que apareció fue el del título del programa "Holmes and Company" protagonizado por un insigne actor de gran éxito en el teatro, Ismael Merlo (padre de María Luisa, abuelo de Luis). En realidad, Holmes sólo era una "percha" porque el protagonista de esta serie semanal de 15 minutos de duración era don Paco, "un pobre hombre que se dedica a jugar a ser detective por vocación aunque no tiene aptitud para ello. Por esto siempre está viendo "casos" donde no los hay, lo cual me da pie a situaciones que puede ser graciosas. Mi personaje no es más que una caricatura de los detectives de novela policíaca pero construido a propósito en broma" decía su creador y guionista Manuel Ruiz Castillo.

Don Ismael estaba comenzando a colaborar con TVE y parecía disfrutar con la experiencia: "Este programa me agrada de verdad, tanto por el tema general, de humor semipolicíaco, como por lo agradecido de mi trabajo de actor". Estas palabras, pronunciadas en enero del 60 para la revista TeleRadio, no eran más que el inicio de una provechosa relación con la tele, donde llegaría a protagonizar cientos de dramáticos en los que demostró su versatilidad.
   A Merlo le acompañaba en "Holmes and Company" la actriz Lola Cardona, en uno de sus primeros papeles protagonistas. Ella era la secretaria que tenía que aguantar todas las meteduras de pata de un jefe bastante inepto. El guionista, que había sido Premio Calderón de Teatro por "Un diablo que se llama Leopoldo", confesaba al periodista Rafael Martín que ésta era una serie sin grandes pretensiones: "Lo que busco es lo mismo que cuando hice "Los Tele-Rodríguez" (considerada la primera sitcom española) y otros programas: el entretener a los espectadores durante unos minutos sin que tengan para ello que pensar demasiado ni complicarse la vida siguiendo en el televisor una trama retorcida en la que, como se dice ahora, tengan que captar entre líneas un mensaje. Mi único propósito es el de hacer sonreír al público de una manera amable y sin complicaciones. Yo creo que esta es una obligación de todo humorista".
   "Holmes and Company" se emitía los viernes a las 21.45h, patrocinado por el detergente Omo. Completaba la programación nocturna de aquella temporada la segunda edición del Telediario, el concurso "Ayer noticia, hoy dinero" y el magazine "Cuarta dimensión" presentado por Tico Medina.

sábado, 20 de junio de 2015

¿Qué ponen hoy? 20 de junio de 1988


Tal día como hoy hace 27 años era lunes y la programación ya olía a verano aunque todavía se mantenían algunos de sus programas estrella en antena, a la espera de que llegaran los sustitutos estivales. Tan sólo el vespertino "Tal cual" había mudado ya su nombre por "Un verano tal cual" e Isabel Garbí (la Gemio antes de ser la Gemio) sustituía a Manuel Hidalgo aunque Inka Martí seguía ocupándose de la parte relacionada con los espectáculos.

 
"Por la mañana" de Jesús Hermida seguía imbatible en su franja matinal, precedido por "Buenos días". Dentro de este magazine se incluían dos seriales: "Cuatro hombres para Eva" protagonizado por Alberto Closas y ¡nada menos que "Dinastia"! con las archienemigas Joan Collins y Linda Evans interpretando respectivamente  a Alexis y Krystie. Una serie de prime-time en EEUU que aquí nos permitíamos el lujo de de colocar en la parilla a las 11.50h. Las mañanas eran excepcionales en aquel 1988. Recién regresados del cole, los chavales teníamos al Pájaro Loco acompañado de amigos como el pingüino Chilly Willy y a continuación el concurso revelación de la temporada: "3x4" con Julia Otero, aire fresco para el mediodía televisivo.

Y tras la primera edición del Telediario, el regreso de "Fama" que tras un año de ausencia volvía a la Primera con 24 nuevos capítulos. En esta nueva tanda viviríamos la despedida de la profesora de literatura, la señorita Sherwood, que abandonaba la Escuela de Artes Interpretativas de Nueva York para dedicarse por completo a su verdadera vocación: la escritura.
   A las 18.05 "Los mundos de Yupi" y a las 19h la final del concurso juvenil "A media tarde" completaban la producción propia destinada a los más pequeños. La noche vendría cargada de premios millonarios, los que repartía Joaquín Prat en "El precio justo", concurso de importación (con muchos años de retraso, eso sí) que tendría tanto éxito como críticas por premiar al "capitalismo" y no a la sabiduría. A su término, el remake de la serie "Alfred Hitchcock presenta..." con capítulos dirigidos por jóvenes realizadores pero manteniendo las presentaciones originales (aunque coloreadas).

En la segunda cadena la mañana estaba destinada a la programación de los centros territoriales. A las 15.30h la retransmisión (en diferido) de Ramón Trecet de un partido de la NBA, Angeles Lakers-Detroit Pistons. También habría toros, el musical "FM 2" dirigido por Diego Manrique y presentado por Cristina Rosenvinge y cine. Los aficionados al jazz tendrían que esperar al final del programa religioso "Últimas preguntas" (el título de hoy "Si de verdad la fe significa amar") para disfrutar del imprescindible "Jazz entre amigos" del gran Cifu.
   No habían llegado las privadas a nuestras vidas todavía pero sí algunas autonómicas. TV3 dedicaba el prime-time a la serie "L'Equalitzador" y a la obra de teatro "Infantillatges" dirigida por J.M Flotats, TVG a la sitcom "Cincinnati" y el programa "Super Sport", ETB1 al debate "Ezbaian" ETB2 al show de Urrusolo "Detrás del Sirimiri". Elijan su programa favorito y disfruten de la noche.

Páginas de programación de la revista Tele Indiscreta

jueves, 18 de junio de 2015

Estudio 1: Ocho mujeres


Muchos espectadores recordarán la película francesa "Ocho mujeres" dirigida magistralmente por François Ozon y estrenada en 2002. Basada en una obra de teatro de Robert Thomas, el director convirtió esta comedia de suspense con final inesperado en un éxito en toda Europa. El magnífico reparto, con Catherine Deneuve, Emmanuelle Béart, Isabelle Huppert, Fanny Ardant y Danielle Darrieux a la cabeza, fue cómplice de la visión del director y, por eso, todo encajó a la perfección. En abril de 1980 Estudio 1 ofreció su adaptación de la obra y por primera vez en España, lo hizo respetándola, es decir que la película francesa no tiene mucho que ver con este dramático dirigido y realizado para TVE por Manuel Ripoll.



La historia es la misma: en una lujosa casa de campo francesa un próspero hombre de negocios vive con su mujer, sus hijas y además con su suegra y su cuñada, a las que ha recogido pero que en realidad no sienten ningún agradecimiento. Tienen a su servicio a un ama de llaves y una doncella. Marcel aparece muerto en su despacho y la casa está aislada por la nieve, ¿quién puede haberlo asesinado? Ripoll respeta el espíritu original del texto de Thomas, un thriller psicológico, una suerte de vodevil criminal con múltiples revelaciones que nos llevan a pensar que cualquiera puede ser la autora de esta muerte: "La obra puede considerarse dentro del género policíaco. Está llena de trucos y de escenas inesperadas. Se intenta que el espectador esté siempre en vilo y que a través de los diálogos vaya descubriendo todo el entramado. Hasta el final cualquiera de las mujeres puede ser la asesina". El director quiso participar de este juego no juzgando a ninguna de las mujeres: "En algunos momentos pueden parecer seres monstruosos pero no es así. Hay que verlos dentro de una situación límite que les hace ser agresivos para defenderse."


Por supuesto la elección del reparto era fundamental para el éxito de este dramático y se consiguió un buen equilibrio entre jóvenes promesas como Natalia Dicenta y María Mahoz (las hijas de Marcel), talentos ya asentados como Marisa de Leza (Susy, la esposa) y Mari Paz Ballesteros (la cuñada) y veteranas consagradas y respetadas del prestigio de Amelia de la Torre (la madre, en esta foto) o Maruchi Fresno (ama de llaves, foto inferior). Decía doña Amelia de su personaje, Mamy: "En el fondo prefiere a su hija Agustina, y eso que Gaby la tiene recogida en su casa, pero es que la solterona es más débil. Pienso que es un personaje duro, frío y egoísta, que no es capaz de ayudar a su yerno económicamente ni de ser cariñosa con sus nietas".


Sin embargo, Maruchi veía en su Chanel "la que representa un poco la bondad frente a las demás". Esther Gala encarnaba a la doncella "una mujer unida a uno de los personajes de la familia. Al verse metida en el problema reacciona agresivamente y se defiende atacando a las demás porque conoce muchos secretos". Completaba el reparto Amparo Soto como Pierrete, la hermana de Marcel, una mujer independiente que ha trabajado como stripper: "A lo largo de la obra se va viendo que ella no es la peor de todas, por mucho que haya trabajado en burdeles mientras las demás estaban en casa viviendo de Marcel. Todas tienen sus pequeñas o grandes mentiras. La que es considerada como la vergüenza de la familia no es ni mejor ni peor que las otras. La vida la ha hecho irónica, escéptica y algo cínica pero tiene una gran humanidad" afirmaba la actriz a la revista TeleRadio con motivo del estreno de la obra. Soto se centró más adelante en el doblaje y es suya la voz de Dorothy (Bea Arthur) en "Las Chicas de Oro" y también la Marge de las primeras temporadas de "Los Simpson" en TVE.
"Ocho mujeres" se emitió el domingo 27 de abril de 1980 a las 22h, justo después de la segunda edición del Telediario. Fue la primera vez en nuestro país en que se respetó el final escrito por Thomas puesto que en las representaciones teatrales previas se había modificado porque la censura lo considerada"demasiado duro".

martes, 16 de junio de 2015

Las enfermeras

 

En el verano de 1963 comenzó su emisión una serie que debería haber marcado un antes y un después en TVE por su planteamiento, su formato, sus protagonistas y su realización... pero no fue así. "Las enfermeras" fue la primera de nuestra tele centrada en un grupo de mujeres profesionales e independientes, la primera también en poner el foco en una profesión y que lo dejara claro en el título y la primera de producción propia en localizarse en un hospital. No eran estas las únicas novedades que presentaba pero a pesar de todo esto, no se convirtió en un éxito y enseguida pasó al olvido. Hasta ahora, claro, aunque he de recordar que hace unos años ya hablamos aquí brevemente de ella.


María Massip (en la foto), Perla Cristal, Josefina Jartín (en la primera foto), Nuria Torray (en la imagen inferior) y Paco Morán encarnaban a los personajes fijos de esta serie realizada en directo (no había otra posibilidad en aquella época) desde el Estudio 3 (así se denominaba el plató que alquilaban a Sevilla Films). Ricardo Blasco era su realizador y provenía del cine donde ya había dirigido las películas "Armas contra la ley", "Gringo" y "Autopsia a un criminal". Tras las críticas al primer episodio al que habían acusado de ser, atención, demasiado frenético y con muchos cambios de decorados, decía el director: "No está desacertado. Mi experiencia cinematográfica tal vez haya jugado demasiado en esta primera realización. Creo, sin embargo, que no todo en el cine es "cinematográfico" y en televisión "televisivo" (...) Personalmente me encuentro entusiasmado al haber salido de mi camino habitual". Blasco reconocía, humildemente, haber pagado la novatada en la tele tras veinte años de experiencia en el celuloide pero también apuntaba a una cierta ruptura del encorsetamiento al que los propios críticos (bastante conservadores) querían obligar. Hoy puede sorprender que una serie que buscaba nuevos caminos, un público más educado audiovisualmente, más joven, no fuera apoyada desde el sector especializado. Blasco auguraba en la misma entrevista a "TeleRadio": "Este espectáculo (por la televisión) terminará desbancando a otros en el ámbito popular en razón de su audiencia. En eso prescisamente estriba la responsabilidad de la televisión".
 

No todo fueron malas críticas, a Nuria Torray le dedicaron unos cuantos elogios. Más tarde se convertiría en la musa (y pareja sentimental) del director-realizador Juan Guerrero Zamora, especialista en teatro clásico con el que Nuria colaboraría con profusión hasta bien entrados los setenta. Su último trabajo juntos fue "Los mitos" pero quizás su dramático más célebre fue "Fuenteovejuna".
  
Paco Morán encarnaba al médico que, obviamente y teniendo en cuento el contexto, tenía enamoradas a todas las jóvenes enfermeras y que chocaba con la más veterana, la jefa. Este actor fue uno de los pioneros de TVE y a finales de los cincuenta consiguió un enorme éxito al protagonizar "Otelo" en Estudio 1. Durante los sesenta y principios de los setenta intervino en más de 2.000 obras televisivas pero dejó la pequeña pantalla para dedicarse casi en exclusiva al teatro donde consiguió rotundos triunfos, algunos tan destacados como "La extraña pareja" junto a Joan Pera, cinco años consecutivos en cartel en Barcelona. A mediados de los noventa regresó a TVE con una sitcom y con un par de especiales y se despidió de la audiencia con su aparición en la última serie de Lina Morgan "¿Se puede?" en 2004. Falleció ocho después.Los guiones estaban escritos por Antonio Fos, un valenciano, con un curriculum cinematográfico lleno de títulos, cuanto menos, curiosos: "Ella y el miedo", "Nadie oyó gritar", "Polvo eres...", "Joven de buena familia sospechosa de asesinato" (basada en una historia real, presumían), "Una gota de sangre para morir amando", "La orgía nocturna de los vampiros" o "El virgo de Visanteta" y su secuela "Visanteta, estáte quieta". Por supuesto en 1963 sólo había escrito el primero de los títulos mencionados. Decía por entonces sobre esta serie: "Pretendo que cada historia tenga un núcleo central de interés, válido por lo interesante de la situación, alrededor del cual se montará el episodio, siempre a base de los mismos personajes principales. Según mi punto de vista, se alternará el humor, lo dramático, el suspense clínico, etc". Además de inventar el concepto "suspense clínico", Fos no era precisamente un hombre taimado, sobre la dificultad de escribir sobre una profesión desconocida para él afirmaba en la revista TeleRadio: "Para redactar estos guiones he tenido que consultar una serie de libritos, con vista a ese señor suspicaz que te critica el detallito sin importancia pero no he tenido dificultades al escribirlos. A mí me parece que la técnica a seguir en TV es buscar historias de mucha tensión y abundancia de primeros planos". 
 
   "Las enfermeras" se emitía los lunes a las 22h, justo antes del programa estrella "Los amigos del lunes" dirigido por Artur Kaps y presentado por Franz Johan con la colaboración de Gustavo Re.

miércoles, 10 de junio de 2015

"Los Tres Mosqueteros" en DVD

 
Los espectadores lo habían solicitado y por fin se ha hecho realidad, la versión que TVE realizó de la novela de Alexandre Dumas "Los Tres Mosqueteros" ha sido editada en DVD por 39 Escalones y, como es habitual en esta compañía, se ha cuidado al máximo la calidad. Partiendo de los masters originales nos encontramos con una serie de 20 capítulos repartida en 3 discos, en glorioso B/N y respetando el formato original de 4/3 y 625 líneas, por eso quizás se vea mejor en una buena pantalla de ordenador que en un televisor HD (por aquello de que va a crear los píxeles que faltan creando una sensación de imagen borrosa o de cierto empastamiento). Por supuesto está prohibido verlo en 16/9 a menos que disfrutéis de la imagen achatada y totalmente deformada, así que para los que tienen automatizada esa función en su monitor, busquen el botoncito para recuperar el formato adecuado y disfrutar por primera vez de este programa mítico en formato digital.

Nuestros lectores han sido muy activos en este blog solicitando su edición y la entrada que dedicamos a esta serie hace más de cuatro años tiene unos 50 comentarios pero hay muchos otros seguidores que quizás no conozcan esta serie ni, por lo tanto, el impacto que causó en su primera emisión en 1971 dentro del espacio "Novela". Hablamos de una superproducción de la época con un reparto estelar lleno de jóvenes promesas y actores veteranos de sobrada experiencia en dramáticos televisivos dirigida y realizada por un pionero de la talla de Pedro Amalio López, uno de los creadores televisuales estrella de la Casa junto a Guerrero Zamora o Pérez Puig. 

La elección de Sancho Gracia para encarnar a D'Artagnan, aquel gascón que viaja a París para solicitar un puesto en la guardia de los Mosqueteros, resultó ser todo un acierto. Aunque Gracia llevaba unos ocho años apareciendo en multitud de series y espacios teatrales como Estudio 1 todavía no había alcanzado la popularidad total. Con este rol se convertiría en el prototipo ideal para encarnar a otros aventureros. Su carisma, su total entusiasmo, su tono altivo combinado con la humildad que requería momentáneamente su papel de bisoño aspirante le empujaron a un nuevo status en su carrera. De hecho, durante un par de años interpretó otras Novelas de corte similar hasta que en la temporada 1973/74 aceptó con mucho tino el protagonismo de la serie costumbrista "Los camioneros" (aunque ésta también tenía sus dosis de acción).

Su amada Constance sería encarnada por Maite Blasco, actriz que ya había pisado el Paseo de la Habana en 1959 y que sería una habitual en la tele hasta hace bien poco. Su gesto, casi siempre compungido, era perfecto para este papel de trágico destino (y hasta aquí puedo leer) que sería vital para la trama más personal del protagonista y desencadenante de la lucha final de D'artagnan contra los poderes misteriosos que quieren atentar contra los Reyes y su guardia.

 
Si Maite Blasco era la actriz idónea para Constance hubo, sin embargo una elección curiosa para los dos papeles femeninos fundamentales y antagónicos, la reina Ana y Milady de Winter, la pérfida mujer al servicio de los intereses de Richelieu. Mónica Randall y Elisa Ramírez las interpretarían respectivamente pero la lógica hubiera hecho pensar que la primera se hubiera encargado de la mala de la serie y la segunda de la monarca. Sin embargo, el director decidió invertir los roles y el experimento salió bien.

Elisa Ramírez, habitual heroína o dama amable en dramáticos y series de aquella tele sesentera demostró su versatilidad creando una Milady con muchas aristas, mirada ladeada y sonrisa enigmática. Una mala de cine, en definitiva, que superaba con mucho a la Lana Turner de la versión fílmica protagonizada por Gene Kelly que tanto éxito había tenido en la España de los cincuenta.
   La Randall se quedó con un papel mucho menos lucido pero supo demostrar esa regia dignidad que exigía la ocasión.

En cuanto a los tres Mosqueteros se puede decir que, al contrario que a Sancho Gracia, este papel no les sirvió para dar el salto a la fama pero sí que quedaron en el recuerdo de muchos cuarentones que disfrutaron con sus andanzas durante aquellos episodios. Todos tenían experiencia en TVE pero sólo Víctor Valverde (Athos) alcanzó cierta popularidad y continuó siendo un fijo en otros dramáticos y Novelas. Su voz, además, se convirtió en habitual en el doblaje, como la de Ernesto Aura (Aramis), doblador oficial de Schwarzenegger desde Conan hasta su fallecimiento. Joaquim Cardona (Porthos) sería un clásico en el teatro en catalán pero apenas trabajó a nivel nacional, eso sí, sería uno de los actores de "Ahí te quiero ver", el programa de Rosa María Sardá.
   Con esta serie se pretendía repetir el éxito de "El Conde de Montecristo" dos años antes y se confió en el mismo equipo técnico (el de Miramar) y en las grabaciones en exteriores (con unidad móvil pero también en cine en 16mm para ciertas secuencias de acción) además de potenciar la aventura. Ésta era, además, una obra más lúdica, menos lóbrega y con reivindicación del trabajo en equipo, perfecta para el target infantil y juvenil, ese que ahora está comprando la edición en DVD.
   Decía el sabio Baget-Herms en su "Historia de la televisión en España": "Fue seguida con gran interés por el público y, por tanto, cumplió las expectativas previstas. Pero a muchos nos dolía que el talento y la sensibilidad de de Pedro Amalio tuvieran que expresarte ahora en superproducciones en las que la mano del realizador forma parte del engranaje de la misma pero no es la única, ni siquiera a veces la más importante".




miércoles, 3 de junio de 2015

La Coronación de Isabel II en la BBC

Se cumplen 62 años de la retransmisión que la BBC realizó de la Coronación de la Reina Isabel II, un evento televisivo que cambió las normas de realización de actos institucionales, que marcó el criterio general a seguir desde entonces en todas las televisiones del mundo y, además, en clave local significó una ruptura de la servidumbre de los medios hacia la Casa Real, una libertad por cierto que se gestó con la ayuda de la propia Reina.

 
Por primera vez la cadena británica, la más veterana y la referencia a nivel mundial, se enfrentaba a una retransmisión en directo  de siete horas, con un largo recorrido por las calles de Londres desde el palacio de Buckingham hasta la Abadía de Westminster. La BBC destinó todas sus cámaras disponibles para este acontecimiento, veinte en total, quince para cubrir el paseo y otras cinco en la Iglesia de San Pedro de la Abadía para la ceremonia.

La Coronación se había preparado durante 16 meses, tras la muerte del padre de Isabel II. No se podía permitir ningún fallo y por primera vez los ciudadanos podrían verla en directo así que había que ensayar cada movimiento para evitar el ridículo que se había producido en la Coronación de Jorge VI, con los sacerdotes tropezando al cubrirle bajo palio o con la colocación de la corona al revés. Esta vez se tendría en cuenta el uso de cámaras y focos hasta en el diseño del vestido. El periodista Barkley Smith retransmitiría el recorrido de las carrozas reales y el saludo a los cientos de miles de ingleses que habían pasado la noche al raso para verlas pasar y felicitar de forma entusiasta a su Reina.

Una vez dentro de la Iglesia de San Pedro el locutor radiofónico Richard Dimbleby tomaría el relevo en el micrófono. Se había preparado concienzudamente durante seis meses consciente de la importancia de esta ceremonia para su país. Dimbleby sería uno de los periodistas clave para la BBC en la retransmisión de acontecimientos. Hasta su prematura muerte a principios de los sesenta fue el presentador, por ejemplo, de las larguísimas noches electorales.  

En realidad, los británicos estuvieron a punto de perderse este momento porque los viejos miembros de la Realeza y los Lores no querían que las cámaras entraran en la Abadía, pretendían que la Coronación siguiera siendo un momento "íntimo y privado", sólo apto para ciudadanos de rancio abolengo. Ochenta diputados presentaron una moción de protesta y la mismísima Isabel II ayudó a desencallar el problema permitiendo que la BBC captara cada gesto. Sin embargo el jefe de protocolo aseguró ante la prensa unos días antes que no se permitiría "eso que las gentes de la televisión llaman el primer plano, nada de eso".

 
El director, productor y realizador Peter Dimmock tenía la enorme responsabilidad de llevar a la casa de los espectadores estas imágenes que harían historia. La responsabilidad le impidió pegar ojo esa noche (tal y como confesaría años más tarde) y en su cabeza retumbaba la prohibición de usar el primer plano, algo que consideraba fundamental para acercar a la Monarca a la audiencia y para hacer de esta retransmisión algo cálido y cercano, tal y como debería ser la Realeza del siglo XX. Dimmock había dirigido para la cadena los Juegos Olímpicos de 1948 y las Regatas de 1949 así que tenía sobrada experiencia y criterio como para saber qué debía hacer, la cuestión es si se atrevería.

Durante el protocolo de la colocación de la Corona sobre la testa real Dimmock respetó la norma pero cuando Isabel II paseaba hacia la entrada de la Abadía el realizador supo que había llegado el momento. A pesar de que los pajes que la precedían la ocultaban intermitentemente ordenó a la cámara 2 que usara el teleobjetivo para captar un primer plano de la Reina justo cuando miraba hacia el lado en el que estaba ubicada y la BBC hizo historia. Se rompieron relaciones con el jefe de protocolo pero los ciudadanos pudieron ver claramente la cara de su Monarca esbozando una sonrisa.