lunes, 25 de enero de 2016

Este señor de negro


Idea y guión de Antonio Mingote, dirección y realización de Antonio Mercero, José Luis López Vázquez de protagonista. Con este trío creativo era difícil que el resultado final no tuviera éxito y así fue... aunque quizás no el merecido ni el esperado. "Este señor de negro" fue una serie de 13 capítulos emitida desde el 8 de octubre de 1975 hasta el 28 de enero de 1976 los miércoles en prime-time. Su posición en el panel de aceptación de la audiencia siempre estuvo entre los 10 primeros puestos y su nota no bajaba del 7,6 sobre 10. Consiguió el Premio Ondas a mejor serie nacional y el TP de Oro en la misma  categoría y en la de mejor actor. Aparentemente fue un triunfo de la TVE tardofranquista y debería estar en el recuerdo de todos los espectadores de la época, en las bibliografías sobre historia de la televisión y como ejemplo de un trabajo bien hecho en las escuelas audiovisuales... pero no es así. Si le preguntas a un televidente de más de 50 años dirá que sí, que claro que la vio (no había más remedio si tenías un televisor) y hasta es posible que le vengan imágenes y alguna coletilla pero poco más. La serie no se repuso tanto como otras muy inferiores y hemos tenido que esperar a la edición en DVD de la compañía 39 Escalones para redescubrirla.


Don Sixto Zabaneta es un hombre chapado a la antigua, de rancios valores patrios y de luto desde que tiene uso de razón (primero por su padre, después por su madre y, finalmente, por su esposa). Su vestuario podría pertenecer a cualquier época, desde los años 20 hasta la actualidad pero en cualquiera sería casi anacrónico y demasiado sobrio. Tan sólo la largura del cuello de la camisa (blanca y almidonada, por supuesto) y el ligero acampanamiento del pantalón de su impoluto traje negro delata que vive (o sobrevive) en los setenta. Regenta una platería en plena Plaza Mayor, un negocio familiar con varios siglos de antigüedad que languidece en una época en la que la gente ya no tiene decencia ni moralidad para regalar lo que se debe regalar. 


Desde su viudedad vive con su hermana Carola (una genial Mari Carmen Prendes, a la derecha de la fotografía) en un piso tan anticuado como él, lleno de recuerdos de épocas pasadas y de retratos de familiares que ni siquiera conoció. Carola es soltera, vivió un gran amor antes de la guerra que se tuvo que exiliar por sus ideas políticas. Nunca quiso reconducir su vida pero no vive del recuerdo y es mucho más abierta de ideas que su hermano. Suele reírse de todo lo que le rodea y queda muy claro que es la más inteligente de todos. Su sentido común es aplastante y, posiblemente, sea quien gobierna la casa (para mayor tranquilidad de su hermano, despreocupado para "esas cosas" como cualquier buen español). 


En la tienda de la Plaza Mayor Don Sixto es auxiliado (o más bien él es quien auxilia) por una eficiente y siempre bien dispuesta jovencita encarnada por María Garralón previa rinoplastia y que unos años más tarde se convertiría en una de las protagonistas de otra gran serie de Mercero: "Verano azul". Aquí es más descarada que la Julia que veranea en Nerja y en un capítulo también coge la guitarra para entonar una canción reivindicativa. Pep Munné encarna al sobrino de Don Sixto, que acaba de abandonar derecho (para disgusto de sus padres) y se dedica, entre otras cosas, a pinchar discos en una Boite. Su novia es negra y provocará un cisma familiar que tendrá que resolver nuestro alucinado protagonista. 


Don Sixto es viudo pero no de piedra y cada vez que ve a la oronda Loreto (Florinda Chico) le dedica un sonoro piropo, siempre el mismo pero con algún puntual aderezo: "¡Monumentoooo!". Loreto es una mujer casada y, por lo tanto, su romance es platónico y muy respetuoso pero cada día pasa por la platería para recibir esos halagos. Como mujer coqueta no acepta que Sixto (al que siempre trata de usted) deje el luto momentáneamente y que flirtee con otras. 


En el piso de los Zabaneta vive otro miembro de esta respetable familia, el abuelo. En realidad el Don Sixto de principios del siglo XX murió ya hace muchos años pero sigue siendo una referencia y cada día, de forma onírica suponemos, tiene una charla con su nieto en el despacho. Siempre tiene a mano la anécdota de un pariente, adecuada para servir de parábola a alguno de los disgustos que asolan al pobre Sixto, bastón en el que se apoyan todos y que debe servir de consejero improvisado. Y he aquí cuando se producen algunos de los momentos más hilarantes (y surrealistas) de la serie.


Cada semana descubrimos una parte del pasado de los Zabaneta y un sempiterno Sixto, siempre con la cara de López Vázquez, va sufriendo diversos envites que nos demuestran que, en realidad, las cosas no han cambiado tanto desde los tiempos del descubrimiento de América. En estos fragmentos (que son auténticos cortos casi independientes por su estética mingotiana y una sobreactuación buscada) el Sixto de distintas épocas tiene que enfrentarse a mujeres mucho más listas que él, pobre diablo sin voluntad y con ínfulas de conquistador. Actrices de belleza y fama como Concha Velasco, Fiorella Faltoyano (en la foto), Carmen Maura, María José Santiago, María Kosty, Charo López, Charo Soriano o la mismísima Rocío Jurado interpretan a estas féminas de carácter. 
   A lo largo de la serie comprobamos que, en realidad, Sixto es un producto de su tiempo pero que no es tan arcaico como parece y que, al contrario  que sus amigos, está abierto a nuevas sensibilidades. Mingote y Mercero aprovechan esta serie eminentemente cómica para introducir temas dramáticos como el racismo, los embarazos no deseados, las apariencias, el clasismo... López Vázquez realiza un auténtico tour de force para interpretar un personaje con tantísimos matices como éste. Cuando es el Sixto de los setenta se acerca más a la sutileza de su trabajo en "Mi querida señorita" pero cuando encarna al Sixto de otros siglos es pura pantomima y nos recuerda mucho a su descacharrante rol junto a la enorme Maggie Smith (sí, sí, la de "Downton Abbey") en la película de George Cukor (sí, sí, el director de actrices preferido por Hollywood) en "Viajes con mi tía" (1972). 
   Mercero decía entonces a la revista TeleRadio preguntado por las virtudes de su serie: "Hago hincapié en dos fundamentales: la primera, el tono medio de gran calidad alcanzado en todos los guinones y la segunda, que recae en el protagonista, que ha hecho con cariño un excelente trabajo, a base de aportar ideas y personalidad a los personajes incorporados, todos ellos muy dispares, lo cual otorga gran brillantez al trabajo en general". 
   "Este señor de negro" fue una serie crítica con nosotros mismos, se reía de manera casi desgarrada de esos arquetipos del patriotismo más rancio. La valentía de los directivos de TVE de emitirla con Franco moribundo no ha sido suficientemente valorada y quizás por eso quedó en el recuerdo pero con sordina, como un producto muy efímero y sólo comprensible en una época determinada. Sin embargo, una revisión de esta serie nos permite comprobar que, a pesar de cierta lentitud en el ritmo, sigue siendo muy divertida y que algunos de sus guiones están vigentes (desgraciadamente).

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