martes, 25 de abril de 2017

Desde España... ¡Los Picapiedra!


Pocas productoras de animación han creado un sello tan distintivo como Hanna-Barbera. El diseño de sus personajes es fácilmente reconocible y varias generaciones de espectadores televisivos sabrían enumerar sus series más famosas sin temor a duda sobre su autoría. Posiblemente, una de las más populares de todos los tiempos es "Los Picapiedra", estrenada en 1960 en la ABC (a TVE llegaría tres años más tarde) pero además ha pasado a la historia de la televisión como una auténtica pionera porque fue la primera serie de dibujos animados emitida en horario de máxima audiencia. En definitiva, es un producto 100% norteamericano, 100% Hanna-Barbera.. ¿o no?


A mediados de la década de los sesenta, la productora dirigida por Bill Hanna y Joseph Barbera tiene tal acumulación de trabajo que necesita expandir sus redes para llegar a tiempo con las fechas de entrega. Los gestores económicos se dan cuenta de que para seguir creciendo como empresa y ser aún más competitivos que las compañías que, al rebufo de su éxito y ante la continua demanda de las cadenas de series de animación de bajo coste y rápida entrega, una buena fórmula es descentralizar la producción. Eso significa que buscarán otras empresas fuera del país que puedan cumplir con sus exigencias y a un precio inferior. No parecía algo complicado, cualquier pequeña productora europea estaría encantada de ofrecer sus servicios y, debido al precio del dólar, lo que para los norteamericanos sería el salario mínimo, para un francés o un italiano (ya no digamos un español) era un sueldo elevado. La búsqueda comenzó pero prono se demostró que  no era tan fácil. 


En aquella época la animación era demasiado costosa y obligaba a contratar a grandes equipos puesto que todo el proceso era artesanal. Pocas firmas se atrevían a embarcarse en la realización de películas de este tipo y las televisiones europeas todavía no tenían la capacidad económica como para encargar series de forma habitual para sustentar una industria. Una de las pocas compañías en funcionamiento era la belga Belvision, creada por Raymond Leblanc, el también propietario de la revista "Tintin". En 1965 Ray Gossens dirigió una breve secuencia de prueba para la H-B a la que pertenece la imagen superior. Por aquel entonces, la sociedad bruselense ya había realizado varias series de Tintín y estaba inmersa en la finalización de la película "Pinocchio dans l'espace" y varios cortometrajes protagonizados por personajes humorísticos de la revista de Hergé como "Spaguetti à la romaine" (creado por Dino Attanasio) y "Oumpah-Pah, le peau-rouge" (Goscinny y Uderzo). Aparentemente Hanna-Barbera aceptó la calidad de la prueba pero los belgas eran incapaces de mantener el ritmo. Aquella primera intentona no funcionó pero la idea de la externalización siguió latente. 


En aquellos años un español trabajaba en los estudios H-B, Carlos Alfonso. A su regreso a España se trajo la promesa de William Hanna de que le encargarían trabajo. Y así fue, en 1972 fundó Estudios Filman junto a Juan R. Pina y la promesa se cumplió. Filman y Hanna-Barbera iniciaron una larga colaboración que se alargó cuando Alfonso abandonó la empresa que había creado para fundar otra en 1987. Teniendo en cuenta las fechas que manejamos, Filman se ocupó de secuencias de "The Flintstones Comedy Hour" y "El nuevo Show de los Picapiedra" (1978). No serían los únicos personajes hannabarberianos que se realizarían desde España, también se responsabilizarían de las nuevas temporadas de "Tom y Jerry" y "El oso Yogui" al tiempo que trabajaban para otras productoras internacionales como la británica Halas and Batchelor o la canadiense Boxcar Film. En una carta al periódico ABC en 1983 se quejaban amargamente de que TVE no les hubiera encargado ninguna serie a pesar de su dilatada experiencia en programas que después sí se verían aquí. Filman tuvo que esperar hasta 1989 para poder producir directamente para el Ente "La corona mágica". No olvidemos, pues, que durante varios años y hasta que el mercado asiático conquistó el terreno (a un coste aún más bajo) ese estilo que muchos identificamos clarísimamente con Hanna-Barbera salió (de forma discreta) de las manos de unos 50 trabajadores de Filman primero y Alfonso Productions después. Nuestro reconocimiento para ellos. 

jueves, 20 de abril de 2017

¿Dónde se esconde Carmen Sandiego?


Netflix ha anunciado la enésima resucitación de un personaje con más vidas que un gato, Carmen Sandiego. La nueva serie de animación tiene previsto su estreno en 2019 y se unirá a la estrenada a mediados de los 90, repuesta unas cuantas veces en televisiones de todo el mundo. Lo que comenzó como un videojuego divulgativo en 1985 se ha convertido en una rentable franquicia ramificada en áreas impensables, por ejemplo, la de los concursos de televisión. En 1991 la cadena pública norteamericana PBS estrenaba "Where in the World is Carmen Sandiego?" un juego destinado a niños de entre 8 y 12 años cuyos participantes eran reclutados por una agencia de detectives para averiguar en qué lugar del mundo se escondía esta peligrosa ladrona internacional. El concurso no sólo consiguió un gran éxito entre la chavalada que lo mantuvo cinco temporadas en antena sino que además la crítica lo alabó. Entre otros premios fue honrado con un Peabody y 6 Daytime Emmy (mejor no enumeramos las nominaciones). 


Con tal éxito, la franquicia extendió sus redes a cadenas de Alemania, Italia, Canadá, Nueva Zelanda y, por supuesto, España. La distribuidora que se encargó de nuestra versión era la misma que la italiana y la alemana, Disney's Buena Vista Productions aunque en el caso hispano fue en coproducción con TVE. El actor Luis Montalvo era el detective que se encargaba de ayudar y asesorar a los tres aspirantes a detectives.  


Lola Muñoz, actriz secundaria de larga trayectoria en dramáticos de TVE desde los setenta y con apariciones fugaces en películas de la época, encarnaba a la directora de la agencia DEDO, siempre tras la pista de la malvada y peligrosa Sandiego. Con su perfecta dicción, daba pistas que ayudaban en las tres partes del juego, en cada una de ellas, un concursante era eliminado. Otros cuatro actores aparecían casi como si fueran humoristas en la subasta del "Un, dos, tres" para ofrecer informes, datos y objetos que podrían ser útiles para localizar a la enemiga o sus secuaces. El único de ellos al que hoy podemos reconocer es Juan Carlos Rubio puesto que ha intervenido en multitud de series aunque hoy en día se dedica más a la dirección teatral y a la escritura de guiones. Casualmente aquel mismo año, 1995, presentaría a partir de noviembre un concurso en Tele 5 (así se escribía entonces) sobre el buen uso del lenguaje en el que colaboraba Javier Capitán y estaba dirigido por Alfredo Amestoy, "Enróllate". Duró poco, muy poco. 


La primera parte del concurso consistía en un juego de preguntas y respuestas sobre el país en el que se había visto por última vez a la pérfida Carmen. La segunda transcurría en una estación de tren en la que era necesario relacionar conceptos en una gran pantalla. Finalmente, en un enorme mapa había que ubicar varias localidades o países en 45 segundos. Si se acertaban todos,  Sandiego y sus ayudantes estaban cercados y se veían obligados a cancelar sus planes de robar algo valiosísimo si bien ella siempre conseguía huir. Eso instaba a buscar nuevos agentes para que la encontraran en el siguiente programa. 


Y todo terminaba con los actores entre el público cantando la pegadiza canción que en EE.UU. había hecho popular el grupo "Rockapella". La música era la misma para todos los países pero, lógicamente, la letra se cambiaba para favorecer la rima. Para un ponferradino orgulloso como el que escribe, escuchar que su comarca era la primera que se nombraba en toda la canción era un honor inesperado. Mención aparte merece el magnífico decorad, se partía de la misma idea pero cada país lo adaptaba con algún cambio. El nuestro era verdaderamente precioso. El programa se grabó en Valencia en 1994 pero comenzó su emisión en enero del año siguiente. Se mantuvo una temporada en antena y fue repuesto en verano. Un excelente ejemplo de cómo enseñar (en este caso geografía) jugando.


jueves, 13 de abril de 2017

¿Qué ponen hoy? Semana Santa de 1977


Es posible que en 1977 los movimientos políticos que estaba viviendo España de forma tan emocionante hicieran que la Semana Santa pasara más desapercibida que en años anteriores. Cada día el españolito medio se levantaba con una noticia más sorprendente que la anterior y aquellos cuatro días que van del Jueves Santo al Domingo de Resurrección no serían menos. El Sábado Santo, algunos dicen que con premeditación y alevosía pero no con nocturnidad, Lalo Azcona interrumpía la programación para informar, en tan sólo 18 segundos, de la legalización del Partido Comunista de España. Siendo un festivo de larga tradición en un país tan católico como el nuestro, a todos les pilló a contrapié, incluidos los políticos del búnker que no estaban a favor de permitir que Carrillo pudiera presentarse a las elecciones generales. La programación sufrió cambios leves pero esto es lo que estaba previsto, otra cosa es que se cumpliera. 


Como era tradicional se eliminaban programas que podían ser considerados demasiado frivolones para fechas tan señaladas en el calendario eclesiástico... aunque empezaba a notarse una ligera apertura televisiva incluso en días como estos. El Jueves Santo no se canceló la emisión de la serie de aventuras y ciencia ficción "Espacio 1999" con el matrimonio Martin Landau y Barbara Bain pero a su término estaba programado el concierto de la Sinfonía en Do Mayor de Vivaldi interpretada por los Solistas de Zagreb, la película "Fruto de una buena tierra" de G. Rolando y a las 19 h la retransmisión de los Santos Oficios desde el Santuario de Nuestra Señora de Regla en Chipiona, lugar que había sido elegido para todos los eventos religiosos televisados, había que aprovechar el gasto de la unidad móvil. El Padre Javier de Santiago comentaba la realización de Miguel García Marín. Todo muy sacro hasta que a las 20.30 h se conectaba con Belgrado para la final de la Copa de Europa. Hombres en pantalones cortos y camisetas sin mangas... no sé cómo se pudo permitir tal indecencia. Afortunadamente, las mentes limpias de pecado podían respirar tranquilas con el largometraje elegido para aquella noche, "El signo de la cruz", versión de 1932 dirigida por Cecil B. De Mille. Eso en cuanto a la Primera porque en UHF, "Polideportivo" con José Félix Pons y "Redacción de Noche" con Miguel Ángel Gozalo.


Lo más importante de aquel Viernes Santo es que no había "Un, dos, tres", ese impúdico concurso en el que los participantes no tenían ningún rubor en hacer el mono en la eliminatoria y las secretarias iban, como quien dice, desnudas. Nada de eso. "La Pasión según San Mateo" de Bach con la Orquesta y Coro de Münchnerbach por la mañana, Santos Oficios desde Chipiona y película con monjas a primera hora de la tarde (aunque con la demasiado sensual a veces Jeanne Moreau)  a primera hora de la tarde. Pero a eso de las siete, Patinaje Artístico desde el Palacio de Hielo de Jaca. De nuevo cuerpos turgentes embutidos en pecaminosas mallas. Esto ya era el despiporre. Menos mal que después con la música de Mahler primero desde Londres y después desde el Teatro Real de Madrid y el Vía Crucis desde Roma comentado por el Padre Salvador Muñoz Iglesias, el alma se serenaba que si no... Ah, en la Segunda Cadena, un dramático muy apropiado, "El Judas" realizado por Gabriel Ibáñez con José Guardiola, María Massip y Andrés Mejuto en los papeles principales. 


El Sábado Santo estuvo centrado por la gran noticia de la temporada que ya avanzábamos al principio y, en realidad, no había grandes variaciones con respecto a otras semanas. "Sábado Cine" en la Primera y la serie "Esplendor y miseria de las cortesanas" en la Segunda por la noche. Programas para niños como "La Guagua" con Torrebruno, "Marco" tras el Telediario 1 (que en aquella temporada había cambiado su nombre por el de Noticias), "El Circo de TVE", "Informe Semanal"... Si exceptuamos la Vigilia Pascual desde Chipiona, nadie diría que era Semana Santa. 


Y el domingo más de lo mismo. Las estrellas de la época no se iban de procesión, allí estaban la familia Ingalls, McCloud y su caballo y Curro Jiménez. Eso sí, la Santa Misa se retransmitía desde El Vaticano y en color vía la RAI. Fútbol, "Estudio Estadio", "Mamá y sus increíbles hijos"... incluso el programa del doctor Jiménez del Oso, "Más allá", no muy bien visto por los religiosos. Para más recochineo, en el ciclo de Fritz Lang en el UHF se había elegido la morbosa "Los crímenes del Doctor Mabuse". Aquella Semana Santa del 77 no fue tan Santa como las anteriores, se notaba que algo estaba cambiado en el país. Y ya era hora. 

sábado, 8 de abril de 2017

Sábado Cine con Martín Ferrand


Si vemos este logotipo enseguida se nos viene a la mente una cabecera histórica, de esas que parece que duraron años y años en nuestra pantalla. Curiosamente, muchos la recordarán con un montaje y una música distintos a aquellos con los que se estrenó en noviembre de 1976 y tampoco sabrán que, en su origen, éste era un programa que incluía mucho más que una película. Efectivamente, el título y la cabecera (aún con cambios) se mantuvieron casi una década en la Primera pero todo había comenzado de forma precipitada, como era costumbre en la tele de los setenta... si bien eso parece que no ha cambiado. El sábado era el día que prácticamente todas las cadenas europeas destinaban al film estelar de la semana, el estreno en la pequeña pantalla o la esperada reposición de una superproducción que era un valor seguro para el espectador pero en TVE ya llevaban varias temporadas dedicando ese día a otro tipo de programas. Sin irnos demasiado lejos, en 1975/76 Íñigo había triunfado con "Directísimo" y en el verano "Palmarés" con Bárbara Rey había sido un éxto inesperado. Ese programita pensado sólo para las vacaciones se tuvo que alargar un mes más porque no estaba claro si volvería el espacio que había lanzado a Uri Geller. En realidad, José María Íñigo ya tenía en mente otro aún más espectacular, "Martes Noche... Fiesta" que se estrenaría un poco más tarde. Mientras se pensaba qué hacer con los sábados, Pilar Velázquez sustituía a Bárbara, que ya tenía comprometido el rodaje de una película. 


Y es entonces cuando entra en juego Manuel Martín Ferrand, periodista de amplio espectro que había debutado en TVE en los sesenta, dirigido y presentado un informativo nocturno ("24 horas"), un ambicioso magazine con Amestoy ("Nosotros", que tras el abandono de don Alfredo conduciría en solitario hasta final de temporada), uno de los primeros ómnibus ("Siempre en domingo") al tiempo que dirigía periódicos y creaba formatos históricos en la Cadena SER como "Hora 25". Él se encargará de presentar grandes películas bajo el epígrafe ya mencionado, "Sábado Cine". No es nada novedoso, ya en la misma temporada Blanca Álvarez y Fernando Pieri presentan "El Cine" con una breve charla sobre la película a emitir y algunas notas sobre su director, actores, contexto histórico... todo muy formal, casi de cine-club. Y no olvidemos "La clave" con Balbín, que usa el largometraje como excusa para el debate y que debutaba ese mismo año. Sin embargo, Martín Ferrand supo buscar una fórmula alternativa. 


Con un gran sentido del espectáculo, el periodista planteó sus introducciones como una visita a una sala, con tres partes diferenciadas, una presentación con NO-DO, un Intermedio en el que tomar un refresco y la tertulia final, tal y como haría un espectador normal al acudir a un estreno en aquella época. Martín Ferrand consiguió lo mismo que muchos años después lograría José Manuel Parada con su "Cine de Barrio": que lo que complementaba a la película fuera tan interesante (o incluso más) que el propio film. Con escenografía cambiante y una realización muy dinámica con predominio del uso de la grúa para relacionar entre sí los distintos sets, "Sábado Cine" revistió a la proyección de un boato que la enaltecía aún más. Fantástica forma de promocionar el propio contenido y aprovechar la compra de esas superproducciones. 


El formato no era fijo, podía haber entrevistas, tertulias o reportajes relacionados directa o indirectamente con el largometraje, con su tema, con el escenario en el que transcurrían... No era un programa para cinéfilos, era un espacio para todos los públicos. Decía el Anuario de RTVE de 1976: "Martín Ferrand consiguió una difícil simbiosis del cine, el reportaje, el espectáculo televisivo y el gran programa radiofónico. Después de haber visto alguno de los programas (...) es inútil describirlos. Hay que subrayar, sin embargo, la difícil originalidad de una conjunción de medios y de estímulos que parecían ya, si no agotados, cotidianamente exprimidos hasta el final. La presentación "en vivo", la conversación ante las cámaras, la antología, el resumen  y la revisión de los momentos estelares del cine, la cita oportuna (y hasta erudita) con escenas unidas por su temática, por su argumento, por su función en el todo."


Si por algo se caracterizaba este gallego era por la ambición en sus propósitos y por un sano espíritu renovador, sin miedo a la experimentación. Por eso, "Sábado Cine" no podía quedarse en lo que ya hemos contado, que no es poco. Éste no será sólo un programa televisivo, también será radiado. RNE transmite la banda sonora al mismo tiempo que la televisión y Martín Ferrand realiza "discretos comentarios" durante los silencios, es decir, ¡que inventó los extras del DVD! Finalizado el último bloque del programa en la Primera Cadena de TVE, el periodista continúa en la radio dando paso a los comentarios de los espectadores a través de llamadas telefónicas. No se puede negar que intentó aprovechar todos los medios disponibles.
   La idea funcionó pero no podemos olvidar que las películas seleccionadas tuvieron, en general, un gran nivel: "Dos en la carretera", "El guateque", "El león en invierno", "El planeta de los simios"o "Gigante" por citar sólo algunas, en muchos casos estrenos absolutos en televisión. En su primera cita se aupó como líder en el panel de aceptación del espectador y en general mantuvo una excelente posición, siempre entre los diez primeros puestos. Las contadas ocasiones en las que bajó sus críticos aprovecharon para ponerle a parir: "La propia empresa se siente abrumada por el éxito: nada menos que de ser el primero en el barómetro a ser el antepenúltimo ha pasado el programa de M. F. En definitiva, ello prueba que lo que importa es la película (cosa muy natural por otra parte) y que el resto del show (odaliscas incluidas) no sirva sino para irritar a unos pocos (sobre todo a los cinéfilos), deja indiferentes a los más y entusiasmar a los otros pocos que nos quedan (que son, naturalmente, los incondicionales acérrimos del polifacético periodista)" se decía en el comentario adjunto al panel en el número 993 de la revista TeleRadio, ojo, la oficial de RTVE, es decir, dinamitaban su labor desde dentro de la Casa. En esa misma revista otras críticas eran absolutamente laudatorias, que conste. 
   Don Manuel se mantuvo hasta el segundo trimestre de 1977. Quizás harto de los peros a su original forma de entender la tele a pesar del éxito, decidió volver a informativos con un programa llamado "Hora 15", tras la primera edición del Telediario y que se ocupaba de la información cultural. "Sábado Cine" continuaría años y años pero ya sin presentaciones. 

   Gracias a Archivo RTVE podemos comprobar hoy que aquel programa era muy moderno para la época y que se esforzaba por complementar a la película con contenidos interesantes incluso por sí mismos. Aquí está el dedicado a "Al Sur del Pacífico", uno de los tres que se conservan: 


jueves, 6 de abril de 2017

Mujeres insólitas

Teresa Rabal como Ana Bolena
Mujeres insólitas, mujeres conocidas por su fuerte personalidad, por lo indómito de su carácter, en definitiva, mujeres que habían hecho historia. Con esta premisa, el guionista José López Rubio propuso a TVE en 1976 una serie de trece capítulos con un tratamiento distinto al habitual, con las actrices hablando directamente a cámara, como si rompieran la famosa cuarta pared teatral y, en una suerte de monólogo interrumpido por la recreación de escenas clave en su vida, contaran por qué eran precisamente eso, "Mujeres insólitas". Un personaje actual, Pepe (encarnado por Luis Varela), servía de hilo conductor a toda la serie.


Rodada en el último trimestre de 1976, comenzó a emitirse el 1 de febrero del año siguiente, los martes a las 21 h, sustituyendo a la serie de Adolfo Marsillach "La señora García se confiesa" y precediendo a otra serie experimental, "Las viudas" con Lola Herrera. Fue aquella una temporada en la que ese día y esa hora parecían destinados a series lideradas por mujeres aunque eso no significa, necesariamente, que fueran obras precisamente laudatorias. Desde la Marquesa de Brinvilliers a Margarita Steinhel, dos personajes menos conocidos por el gran público como inicio y final de una serie que sí dedicó capítulos a féminas bien famosas: Ana Bolena, la Princesa de Éboli, Teresa Cabarrús, Cleopatra, Inés de Castro y Juana de Castilla.

Carmen de la Maza como Inés de Castro
Todas ellas encarnadas por grandísimas actrices de la escena, el cine y la televisión: María del Puy, Marisa de Leza, Teresa Rabal, María Massip, Rocío Durcal, Carmen de la Maza, Julia Gutiérrez Caba y María Luisa Merlo. Si de la lista alguna no merece el calificativo anterior, convengamos que el nivel general estaba alto, muy alto. Y sí, han contado bien, son ocho las féminas retratadas y no trece. El porqué no se completó el propósito inicial lo desconozco y para contribuir aún más a la confusión, la revista TeleRadio (publicación oficial de RTVE) informaba en su nº 1004 del final de la serie aludiendo al último episodio como el décimo tercero y no el octavo. 
   Sin duda uno de los mayores atractivos de la serie era el elenco conseguido para este proyecto y sus estrellas no dudaban en confesar las dificultades de este formato alejado del cánon habitual en los dramáticos de la época. Decía Carmen de la Maza entonces: "Me ha supuesto la dificultad de hablarle a una cámara, que como actriz no lo había hecho nunca. Estás hablando a una cámara, como en un aparte, y de pronto estás interpretando".


Junto a esas grandes damas del teatro se colaban en la serie otras que, siendo muy populares y, sin duda, grandes profesionales, no habían alcanzado aún ese prestigio. A pesar de eso o quizás precisamente por ello, su elección tuvo cierta publicidad. En el caso de Rocío Dúrcal, como Cleopatra, suponía el retorno a la interpretación tras unos años alejada del cine y además era la primera vez que protagonizaba un dramático televisivo. Poco después se estrenaría la película "Me siento extraña" dirigida por el televisivo Enrique Martí Maqueda y coprotagonizada por Bárbara Rey y su Cleopatra quedó olvidada. Por si alguno no lo recuerda, aquella película hablaba abiertamente de una relación entre dos mujeres y las dos actrices protagonizaban un par de escenas con castos besos y caricias que fueron todo un escándalo en la época... si bien muy efímero. 
 
Julia Gutiérrez Caba como Juana la Loca y Manuel Tejada como Felipe el Hermoso
El director y realizador de la serie, Cayetano Luca de Tena, valoraba muy postivamente el tratamiento del guionista López Rubio: "Creo que es interesante, que enfoca de una manera distinta los personajes, que los acerca al espectador y que ha permitido la exhibición de unas cuantas actrices en un trabajo total, prueba de la que han salido airosas". Teniendo en cuenta que era uno de los directores teatrales más reputados de la posguerra y que desde los 60 hasta finales de los 80 realizaría un puñado de adaptaciones para la tele, no es un halago gratuito a su escritor. La actriz María Luisa Merlo reconocía que tenía una gran complicidad con el director cuando le preguntaban cómo se trabajaba con él: "Yo, desde luego, muy bien. He trabajado mucho con él y siempre me ha ido bien. Es más, la mayor parte de mis éxitos televisivos han sido con él. Recuerdo, por ejemplo, "El baile" de Edgar Neville". El periodista J.R.Vázquez, de TR no evitaba la polémica al preguntar a don Cayetano si la visión que habían proporcionado de esas mujeres no había sido un poco retorcida: "En general López Rubio ha pretendido reunir mujeres raras. Es lógico, entonces, que haya un buen porcentaje de mujeres retorcidas. Ya se sabe que la bondad no tiene historia. Hemos tratado de conseguir que la maldad no resulte menos dramática añadiéndole una dosis de humor suficiente".
   Con todos los defectos que pudiera tener este proyecto (no perdamos de vista el contexto histórico y social) hay que valorar su carácter de experimento audiovisual, con decorados sintéticos de colores llamativos que también tenían un propósito conceptual y, sobre todo, la oportunidad ofrecida a varias actrices excepcionales para mostrar sus habilidades en un tour de force ante las cámaras.
   Ahora tenemos la ocasión de revisarla gracias a Archivo RTVE que ha decidido colgarla en su web. A tenor del primer capítulo, me temo que a pesar de que fue una de las primeras series grabadas en color en formato vídeo, se ha conservado en blanco y negro pero... al menos se conserva.