miércoles, 18 de octubre de 2017

"Apueste por una", la Campos y sus discusiones


Hubo un tiempo en el que RNE compartía el servicio público de radiodifusión con Radiocadena Española y la sinergia entre esas emisoras y TVE era muy sólida, estrellas de un lado se iban al otro o incluso compaginaban ambos medios y la hermana más popular de las tres (la tele) se nutría de las mejores ideas para adaptarlas en sus platós. Así sucedió con "Apueste por una", el programa que catapultaría definitivamente a María Teresa Campos en la tele tras varios decepcionantes intentos previos ("Diario de Sesiones" y una breve temporada en "La tarde"). 
   En verano de 1983 había comenzado este formato en las tardes basado en una premisa muy simple: dos mujeres se enfrentan vehementemente sobre un tema en el que que tienen posturas totalmente opuestas. Esas mujeres eran dos periodistas de armas tomar, la ya mencionada Campos y Patricia Ballestero. Ambas asumían un rol que nunca sabremos si se correspondía con su verdadera personalidad pero hacían muy bien aquello de discutir apasionadamente aunque "sus opiniones personales no coincidan completamente con la posición defendida" que más tarde veríamos también en "Tribunal Popular" con Ricardo Fernández-Deu y Xavier Nart. 
   Eloy Rosillo intentaba moderar la discusión y en la última parte del programa se abrían los teléfonos para que participaran los oyentes, con intervenciones no superiores a los 30 segundos, y votaran por su tertuliana favorita. Su horario más habitual fue de lunes a viernes entre las 19 y las 20 h pero a partir de mayo de 1987 se incluía en el magazine "Buenos días". 


Y en esa época andaba por los pasillos de Prado del Rey María Teresa, deseando tener una oportunidad en la tele cuando solicitó un encuentro con Jesús Hermida que, por entonces, había iniciado su aventura matinal con el ya popularísimo "Por la mañana". La Campos no se anduvo por las ramas, quería formar parte de su equipo y qué mejor que trasladar su "Apueste por una", del que era directora, al estudio en una versión más reducida, más vibrante y sin las llamadas de los oyentes. Hermida aceptó y el resto es historia. Las dos demostraron que sus dispuestas también podían ser muy visuales y ni siquiera necesitaban un moderador. Don Jesús sólo intervenía cuando la cosa se desmadraba o para dar por finalizada la polémica. Muchos espectadores todavía recuerdan aquella emisión de un 28 de diciembre en el que María Teresa estaba "desatada" y se encaraba a su director que tras una serie de incómodas palabras le decía aquello de "¿usted pertenece a Radiocadena, no? Si quiere irse del programa y no venir más, márchese". Todo era una inocentada que los espectadores descubrían al final, al ver cómo todos los miembros del programa aparecían en el escenario con su muñequito de papel aunque décadas después se nos quiso hacer creer que aquello había sido cinema verité. 
   La Campos fue fiel a esta sección, que tanta fama le había dado, en sus siguientes magazines aunque ya sería sin Ballestero (que siguió su carrera radiofónica en la COPE). Cuca García de Vinuesa discutiría años y años con ella incluso en su etapa en Telecinco. En aquella última época se había perdido la esencia divulgativa y de llamada al diálogo que se pregonaba desde la radio, no en vano el lema original era "Apueste por una... pero respete a la otra". 

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